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Retrato del Emperador Augusto (sala 1)

La primera sala de la sección de escultura está dedicada al mundo antiguo. Se exhiben exvotos ibéricos, terracotas, bronces y lucernas púnicas, helenísticas y romanas, además de varias esculturas y retratos como el dedicado a Octavio César Augusto.

Octavio era sobrino e hijo adoptivo de Julio César y fue designado como primer emperador por el Senado el año 44 a C. Su labor como estadista fue notable y su largo gobierno significó un notable progreso para el Imperio ya que consiguió acabar con las guerras civiles y apaciguar el vasto territorio dominado por Roma, reformó el ejército, fundó nuevas ciudades, creó nuevas infraestructuras y vías de comunicación, y conformó un sistema legal fuerte y poderoso. Tras su muerte fue elevado a la categoría "divi" o divino y por este motivo se erigieron numerosos templos dedicados a su figura y retratos que seguían modelos oficiales determinados.

Este retrato -uno de los pocos que se conservan en España-, procede de Tarragona, capital de la Hispania Citerior en época romana, y probablemente fue realizado en Roma en el primer tercio del siglo I d.C., durante el reinado de Tiberio, el sucesor de Augusto. Está hecho en mármol blanco y corresponde al tipo de retrato conocido como Prima Porta, por el lugar donde se halló uno de los primeros ejemplares.

En él se muestra al emperador con el gesto relajado; los grandes ojos dirigen la mirada a la derecha, la boca muy perfilada y el cabello liso con los mechones del flequillo bien definidos y abriéndose desde el centro hasta las sienes.

Este tipo de retratos se convirtieron hasta tal punto en imágenes perdurables del poder imperial que en algunos retratos oficiales de Napoleón se observan algunos de sus rasgos.