publicado el 26/03/2013 a las 00:00 h. - Verònica Heredia -
La ONG Nutrición sin Fronteras ha puesto en marcha en la ciudad el proyecto "Barcelona comparte la comida", para el que recogen los excedentes de restaurantes y hoteles y los reparten entre otras ONG y entidades como comedores sociales. El proyecto hace medio año que funciona y ya se han repartido 8.000 comidas.
Vídeo 'BCN comparte la comida'
El contexto de crisis ha provocado que en los últimos tiempos aumente la demanda de alimentos. Para garantizar el derecho universal a la alimentación y, al mismo tiempo concienciar del despilfarro, la organización sin ánimo de lucro Nutrición sin Fronteras se ha puesto manos a la obra con la iniciativa "Barcelona comparte la comida".
Este proyecto pionero consiste en aprovechar los excedentes alimenticios de restaurantes y hoteles de la ciudad de Barcelona para diferentes entidades como ONG o comedores sociales.
"Es un proyecto de aprovechamiento de recursos para que no se malbarate la comida y pueda llegar a las personas que la necesitan", explica la directora de NSF, Mercè Vidal.
El procedimiento es muy sencillo: los emisores congelan sus excedentes y, una vez por semana, un equipo de Nutrición sin Fronteras pasa a recogerlos y distribuirlos entre las entidades beneficiarias.
Garantizar la calidad
"Nosotros garantizamos la trazabilidad de los alimentos", explica Vidal, "tenemos la precaución de etiquetarlos, pesarlos, ponerles la fecha en quese han cocinado, y sus características. Además, llevamos a cabo análisis microbiológicos, de manera que aseguramos la inocuidad y la calidad".
Lo que no se puede controlar, sigue explicando la directora de la ONG, es la cantidad ni el tipo de alimentos donados. Ante esto, lo que se procura es equilibrar lo que se recibe con los perfiles de los receptores. Además, el hecho de que la comida esté congelada permite esperar nuevas remesas para acabar de componer los menús.
Y es que Nutrición sin Fronteras también instruye a las entidades beneficiarias en nutrición, para que hagan un uso equilibrado de los alimentos que reciben.
"Nos preocupaba también que lo que coman nuestros chicos sea adecuado para su desarrollo y su salud", comenta Estíbaliz, educadora del Centro Abierto de Aldeas Infantiles.
Para Xavier, encargado de la sección de alimentación de Buena Voluntad en Acción, sus usuarios no habrían tenido nunca acceso a este tipo de productos: "ellos están contentos, y nosotros encantados porque entre todos conseguimos que eso no se pierda".
Empresas solidarias
Entre las empresas que colaboran en el proyecto está el restaurante Atenea, los hoteles Barceló (Raval y Sants) o Santiveri, que dona una parte de su producción.
Ramon Ribes es el cocinero en jefe del Barceló Sants y asegura que siempre hay excedentes y que, por lo tanto, hay que ser responsables y que las empresas se impliquen y tengan en cuenta a las personas, no solo la economía.
Según Pedro, también educador del Centro Abierto, esta iniciativa, "además de cubrir la necesidad que tenemos, es una manera de concienciar a la sociedad de que hay que aprovechar los recursos".
Por ahora, "Barcelona comparte la comida" se encuentra en fase de prueba piloto. En sus seis meses de existencia, sin embargo, ha repartido 8.000 comidas y 1.700 raciones de pan.
Todos los iconos representan servicios de webs externos al web bcn, que facilitan la gestión personal o comunitaria de la información. Estos servicios permiten al usuario, por ejemplo, clasificar, compartir, valorar, comentar o conservar los contenidos que encuentra en internet.
Los contenidos de esta web están sujetos a una licencia de creative commons si no se indica lo contrario