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Desnudo acostado (Plenitud, Primavera)

La presencia de la mujer es una constante en la obra de Frederic Marès, desde las obras religiosas hasta las figuras y los bustos de idealización novecentista, pero en este desnudo acostado el escultor se aproxima a las representaciones más sensuales de la figura femenina.

Los precedentes de esta escultura los debemos buscar en obras de mujeres desnudas y de pie como las que aparecen en Ritmo, Plenitud(1920) o Desnudo -presentada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926- y en algunos relieves de los años treinta.

La mujer desnuda que presenta Marès yace en un campo de trigo, pero Marès rechaza tratar la naturaleza como un mero soporte, y potencia la idea de globalidad entre los elementos, no solo con el tratamiento del trigo como lecho de la figura, sino también con el entrelazado de las manos con las espigas. La representación del trigo maduro, la torsión del cuerpo y la posición de los brazos medio escondiendo el rostro potencian la voluptuosidad de la figura, sentimiento que se pone en evidencia con los subtítulos de Plenitud o Primavera con los que se conoce la obra.

Marès presentó esta escultura en bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1936 y, después de la Guerra Civil, en la de 1941, y en esta ocasión fue premiada con una segunda medalla. Posteriormente participó en otros certámenes, lo que demuestra que el gusto estético de los círculos oficiales había sufrido pocos cambios.

En el año 1982 Marès donó esta escultura al Ayuntamiento de Barcelona para que la instalara en el vestíbulo de la Casa de la Ciudad y realizó una fundición nueva, que es el ejemplar conservado en el museo.